A veces me pregunto, si estar tan pendientes de los hijos hace que no les demos lo que necesitan para que ellos por si mismos se alcen en vuelo y recorran su ruta.

“Cuando por un tiempo te alejas, al reencontrar el nido de origen vuelves con otra actitud. Hay más reconocimiento y muestras de amor por lo recibido y por ser tal y como son”.

Puede suceder que la atención, la intención y la acción se encuentre en desarmonía, entonces la vivencia interna se vuelve insulsa, y la tendencia a la evitación, desmotivación, evasión de lo que sucede en el presente, es lo más común en el día a día.

Hay que aprender a estar en el presente y ser capaces de sostener lo que vemos, sentimos, pensamos y hacemos.  Para después decidir si es lo que queremos, o si estamos dispuestos a buscar nuevas metas, nuevas relaciones, nuevos contextos.

Y con todo ello me lleva a preguntarme, ¿qué elementos son claves como madre o padre para dar a los hijos a que emprendan sus rutas en la vida?  Es el amor incondicional, el respeto al ser genuino de cada uno, la confianza en que la persona tiene suficientes capacidades para hacer su vida, y así debe ser.

Quiero expresar mi compromiso como madre o padre:

• Hijo/a quiero que sepas que siempre estarás en mi corazón. Que te quiero mas que a nada en el mundo.
• Que voy a soltar el control de tus pasos, dejando de preocuparme y confiando en ti en todo momento. Sabes que si necesitas algo puedes contar conmigo.
• Respetaré tu dolor, tu confusión, tu desorientación, y seré capaz de ponerme el límite de no hacer por ti nada de lo que tu puedas hacer solo/a.
• Aunque me duela ver lo que vea, y sentir lo que sienta, me comprometo a no invadir tu espacio personal, tus tiempos y tus sueños, por muy difícil que sea para mí.
• Así como la oruga necesita un tiempo para volverse mariposa, así voy a estar respetando tu ser, tu persona, tus sueños. Con el deseo de que mi respeto hacia ti sea el que tu tengas hacia ti mismo/a en primer lugar y a continuación hacia las personas que te rodean.
• Y sobre todo no pienses que no te quiero ayudar, cuando sientas lo que sientas, son tus pasos los que pueden caminar por la ruta elegida de tu vida. Las pisadas en el camino son personales e intransferibles. Nadie las puede dar por el otro.

A veces como madre o padre queremos evitar sufrimientos a los hijos, desde nuestro lugar observamos y vemos cosas que los hijos no ven y peor aún no quieren ver ni reconocer. Y ante esa situación lo mas fácil es entrar en el conflicto, queriendo “por su bien” que hagan lo que nosotros consideramos que es lo correcto.

Dejar volar a los hijos, como madre o padre pasa por lograr que la comunicación sea un objetivo clave en el que podamos expresar como adultos las consecuencias que derivarán de determinadas acciones, y sobre todo las responsabilidades que correspondan a cada uno como adultos, ya sea bien como madre o padre y también como hijos o hijas.

Los hijos/as nos necesitan presentes y firmes, somos su base, y así han de vivirnos. Cada uno en su lugar, su función y responsabilidad.  

Autora: Lola Cayuela